viernes, 27 de junio de 2008

Don't go away

Digas lo que digas, hagas lo que hagas, di que te vas a quedar.
Porque necesito más tiempo. Más tiempo para poder volver a hacer las cosas bien.
No te vayas...



Y a pesar de todo no creas que me quedaré cuando te estés cayendo, no estaré allí cuando te golpees contra el suelo.

sábado, 21 de junio de 2008

No tengo nada...¡En plural!

Como el título indica, hoy no tengo nada...que hacer. Normalmente cuando no tengo absolutamente nada importante en lo que perder el tiempo, intento mantenerme ocupada en cosas sin importancia. Entre otras cosas, suelo ordenar las fotos de mi ordenador, pintarme las bambas o intentar dividir mentalmente 1.351.645 entre 539, diversión asegurada! En un momento como este, con un nivel de estrés mental muy elevado, he decidido no hacer nada y desconectar un poquito de todo.
En el momento álgido de la desconexión te pones a pensar grandes estupideces que te vienen a la mente sin venir a cuento.
Vaya una mierda de desconexión! Así no hay quien se relaje, porqué ahora no paro de darle vueltas a la cabeza. Porqué si tienes cero cosas, es en plural y si tienes una cosa es en singular?
Es mejor no tener nada que tener algo aunque solo sea una cosa? Tiene mas el que no tiene que el que tiene algo?
Perfecto, ahora resulta que tengo cero cosas que hacer...pero no se cuales.

Filosofía dentro de un chándal

Llega un momento en la vida de toda persona, en la que por motivos X, se ve destinada a vivir una temporada dentro de un chándal. Normalmente suele ser la primera fase después de haber tenido una decepción amorosa. Ese momento en el que el mundo se te cae encima y al no saber que hacer, lo único que se te ocurre es meterte en un chándal y ver moverse las manecillas del reloj desde tu sofá mientras devoras media nevera y miras la teletienda. Es una forma de poner tu vida en pausa, rebobinar para ver que ha fallado esta vez y poder darle al play desde una nueva perspectiva y con un montón de nuevas metas que con el tiempo volverán a acabar metidas en un chándal. Un comportamiento un tanto extraño que repetimos todos de la misma manera una y otra vez gracias a la magia del chándal.
El chándal tiene que ser unas cuantas tallas más grandes a la que utilizas normalmente, no ser de colores llamativos (exceptuando a las rayas de los laterales que cuanto más fosforescentes sean mejor) y ir combinado con unas zapatillas de andar por casa de las mas hechas polvo y con más pelusa enganchada que encuentres.
Si llegados a este punto te estas preguntando porqué un chándal y no cualquier otra cosa, la respuesta es muy sencilla. Con un chándal puesto puedes desde echarte a dormir o dar vueltas por el pasillo de tu casa, hasta bajar al estanco a comprarte un cartón de tabaco o ir al Día a por helado y cocacola. Y todo sin cambiarte de ropa en días, que más se puede pedir!
El efecto chándal no suele durar más de 2 semanas, como mucho 3 en casos extremos. Pasado ese tiempo te sentirás como nuevo y listo para volver a cagarla en cuanto menos te lo esperes, pero por suerte, siempre tendrás a tu chándal en el fondo del cajón preparado para volver a animarte.

viernes, 20 de junio de 2008

Perseverancia

Empiezo un blog, si...y eso significa perseverancia. Cosa que últimamente no es que vaya muy sobrada. Empezar es tan fácil...bueno depende de que, porqué si andas un poco estreñido la cosa ya tiene su dificultad, pero empezar es fácil, sobretodo empezar a pensar. Si hiciéramos todo lo que pensamos nos faltarían horas...y no tendríamos tiempo de pensar. De ahí la gran pregunta quien fue primero el actuar o el pensar?
Definitivamente no he pensado mucho al escribir este post...