para los equívocos sentimientos que se susurran al oído,
ni para las caricias que disfrazan los te quiero.
Escondo mi melancolía bajo las frías sabanas
que acabas arañando con tus besos.
Guardo mis mentiras para cuando las quieras escuchar,
me inundo entre tus manos, resbalo por el silencio,
y sigo perdida en el vacio de tus inexistentes sentimientos.
no hay nada que valga la pena recordar
mas allá de lo que dura mi reflejo entre tus manos.