
Felizmente triste,
ya no me importa nada.
No quiero preocupaciones,
no quiero nada de lo que nunca tuve.
Escondo una mirada triste
que quizás utilice cuando no me queden más sonrisas.
Guardo toda mi tristeza,
me hará falta cuando te vayas.
De momento quedemonos aquí,
Tristes, sin tener razones para darnos la mano,
sin esperanzas que nos hagan caminar juntos,
sin versos que dedicarnos;
Sólo tú y yo, y nuestra cansada melancolía
que nos esconde de las humildes ráfagas de felicidad
que se esconden tras cada beso
que nunca debimos darnos.
Mientras tanto te regalaré mi mas triste sonrisa,
mi mirada menos amarga,
mis caricias menos ásperas,
para que recuerdes lo felizmente triste que estoy a tu lado.